mayo 19, 2011

Quizás...

Quizás si nos hubiésemos conocido más tarde.
Quizás si yo hubiese tenido la madurez para aceptar mis errores.
Quizás si hubieses huido antes de ese yugo materno, pesado, como anclándote a su puerto.
Quizás si la noche nos hubiese cobijado eternamente y el día hubiese cedido ante la pesadez apasionada de tu cuerpo sobre el mío.
Quizás si me hubiese enredado más fuertemente entre los hilos de tus sueños y tu cabello aún inocente.
Quizás si hubiese aprendido a ignorar el pasado y mirar junto a ti hacia el futuro.
Quizás si me hubiese entregado sin vacilaciones al calor de tus labios y el brillo de tus ojos.
Quizás si hubiese sido sincero conmigo mismo.
Quizás si hubiese tenido el valor de reconocer la falta que me harías y el tiempo que tardaría en superar el fantasma de tu ausencia.

Quizás todo sería distinto.
Quizás ahora seguiría probando tus besos, ahogándome en el aroma de tu piel y derritiéndome entre el calor de tus brazos.
Quizás seguiría amarrado a la loca ilusión de tu sonrisa, brillante como la luna e igual de sincera e hipnotizante.
Quizás seguirías siendo mi razón de luchar, mis ganas de enfrentarme al mundo y gritar lo que sentía por ti a los cuatro vientos.
Quizás la lluvia seguiría acompañando el calor de tu respiración sobre mi pecho.
Quizás no serias solo un recuerdo distante de épocas felices del pasado.

Aunque te falle.
Aunque te dejé ir.
Aunque intenté olvidarte.
Aunque ya no quise luchar más.
Aunque te grité.
Aunque aprendí a despreciarte.
Aunque me esforcé por ignorarte.
Debo reconocer que te amé.
Y tu huella, quizás no se irá jamás.


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