noviembre 30, 2011

No intento ser superhéroe


“No intento ser un superhéroe, ni cambiar el mundo”. De eso estoy claro. Me lo repito todos los días, para no terminar lanzándome al vacio detrás de causas nobles o damiselas en peligro (o chicos en peligro).

Siempre intento recordarme que sólo soy un ser humano, quizás haya algo especial en mi esencia, algo que me lleva a querer hacer más, aprender, conocer, crecer, compartir. Algo que me motiva a no ser uno más del montón.

Y es esa búsqueda de algo más, de esa esencia inmortal lo que me impulsa a querer dejar una huella en el mundo, de que se sienta mi paso, y que, al morir, quizás la gente no recuerde mi nombre, pero si las cosas que dejé en el camino, pequeños trazos de colores en un cielo gris, pequeños cambios en el espectro de la sociedad.

A veces parece inútil todo, pequeños cambios, pequeña huellas, pequeños pasos… ¿a quien le interesa? ¿Quién se da cuenta? ¿Quién nota la diferencia? ¿Sólo yo? Detrás de la cortina de los eventos y las acciones, de las palabras y discursos, quizás sólo yo veo lo que está sucediendo y le doy la importancia que se merece.

Pero luego me repito a mi mismo: “no soy un superhéroe, no intento cambiar el mundo”. Mis palabras y acciones deben nacer de mi deseo sincero de hacer y dejar una huella, no de sentirme alabado, ni mejor o más que nadie. Simplemente ayudar por el gusto de ayudar. Ser parte del cambio, y comprender que ese cambio se da gota a gota, paciente pero insistentemente, sin descansar y sin temerle al olvido.

La recompensa más grande no será mi nombre en una placa, una estatua o un edificio. La recompensa más grande será que otros, en el futuro, puedan vivir sin los temores que yo viví, que puedan amar sin los limites y obstáculos que yo encontré en mi camino, que puedan sonreír y ser felices sin preocuparse por ser “normales” o “diferentes”, que puedan ser sin necesidad de pensar cada paso dos veces.

No intento ser un superhéroe, ni cambiar al mundo, porque no puedo hacerlo yo solo, pero eso no me desanima, porque hasta el más pequeño grano de arena puede marcar la diferencia en el futuro.

noviembre 26, 2011

¿Cinismo o hipocresía?


Todos somos humanos, todos somos capaces de cometer errores. Pero todos sabemos lo lindo que es aceptar nuestros errores y ser capaces de seguir adelante sin el peso de la conciencia o el remordimiento encima. Y todos sabemos lo fácil que es ver los errores que cometen otros a nuestro alrededor, y lo difícil que es ver los nuestros.

Yo me pregunto: ¿Será cinismo o será hipocresía reclamar por errores que uno mismo comete y que ya le han hecho ver? ¿Será que existen personas tan obtusas que realmente son incapaces de aceptar su parte en los conflictos? ¿Será que realmente no ven o es que no quieren ver?

Y por si se lo están preguntando: Si, hablo de relaciones. Pero no sólo de pareja, hablo de amigos, de familia, de padres, de hijos, de hermanos, de amantes, de culos, de resuelves, de estudiantes, de todos los niveles de relaciones humanas.

¿Por qué llegamos al punto en el que comenzamos a apuñalar a esas personas que nos rodean, lanzándoles críticas y comentarios hirientes, pero no nos detenemos a pensar en lo que yo hago para generar esas situaciones?

Ya lo decía mi madre: Trata a los demás como quieres que te traten. Perfecto. No es difícil de entender. Pero entonces, si me salen con una patada… ¿se la regreso?

Yo solía pensar que todos éramos capaces de hacer introspección y darnos cuenta dónde comencé YO a poner piedritas para que esas personas tropezaran, y a culparlos por esos tropiezos. Ahora creo que no es así, algunos lo ven y les cuesta aceptarlo, algunos lo ven y deciden ignorarlo, algunos realmente no quieren bajar la mirada y darse cuenta que esas piedritas en el camino tienen su firma.

Porque lo más difícil de aceptar en esta vida es que nosotros mismos ayudamos a que esos seres que decimos amar cometan errores, somos nosotros mismos quienes le destapamos el pote del azúcar a las hormigas para luego quejarnos de la invasión.

Quisiera que algunas personas abrieran sus ojos y vieran su desbalance, mientras yo intento resolver el mío.