diciembre 15, 2012

Recuerdos


Hoy leí esta frase: “Si te hace sonreír con cualquier tontería, te enamoraste”. Y me dejó pensando en lo certero de dicha afirmación. Y claro, los recuerdos, ustedes saben…

Recuerdo este chico que paga y se olvida de ir por la mercancía que acaba de comprar.
Recuerdo este chico que finge una sonrisa.
Recuerdo este chico que cuenta como “casi” lo muerde un perro con todo y mímica.
Recuerdo este chico que me abraza y no me deja respirar.
Recuerdo este chico que podía pasar horas abrazado conmigo en cama viendo a Miss Swan.
Recuerdo este chico que intenta destapar una botella de vino y el corcho no sale.
Recuerdo este chico que finge que no sabe usar el facebook para tenerme cerca.
Recuerdo este chico que se prueba diez mil cosas para decir que no sabe qué usar.
Recuerdo este chico que se lee todo mi blog en un día y luego intenta sorprenderme hablándome de mí mismo y de sus impresiones ante mis publicaciones.
Recuerdo este chico que oye una sinfonía de Beethoven por primera vez y su cara de impacto.
Recuerdo este chico que intenta aprenderse una melodía y se ríe porque sabe que va terrible.
Recuerdo este chico que, después de un momento íntimo, comienza a darse cuenta que no hizo nada de lo que habíamos planificado.
Recuerdo este chico que intenta hacer aros con el humo del cigarro para llamar mi atención.
Recuerdo este chico que me dice que me echará los perros y comienza a ladrarme.
Recuerdo este chico que, durmiendo, se rueda más de lo que da la cama y termina en el piso.
Recuerdo este chico que busca sus lentes mientras los tiene sobre su cabeza.
Recuerdo este chico que se sienta conmigo a pintar un cuadro y hace manchas con los dedos.
Recuerdo este chico que comienza a cantar en un transporte público con baile y todo.
Recuerdo este chico que, de la nada, saca una rosa de papel y me la ofrece en pleno viaducto.
Recuerdo este chico que intenta cocinarme una cena y esconde el libro de recetas detrás de si.
Recuerdo este chico que me dice que me ama mientras cae vencido por el sueño y cada palabra sale a medias, y acompañada de un gran bostezo.
Recuerdo este chico que, en medio de una discusión, se me acercó suavemente y me robó el aliento con un beso.

Hay tantos recuerdos en mi mente. Todos hermosos. Porque es cierto que lo malo es lo que nos marca la vida, pero lo bueno es lo que nos da ganas de volverlo a intentar, de seguir buscando y seguir soñando que encontraremos esa persona con la que nos sentiremos en la compañía perfecta, sin importar cuantos pasos en falso hayamos dado o cuantas pruebas hayamos pasado, a veces son sólo segundos de paz, de miradas, de besos, caricias y sonrisas, que hacen que todo valga la pena.

diciembre 11, 2012

No es justo


Discusiones, lágrimas, gritos ahogados, un par de tragos y algo de desilusión. Un nuevo golpe de la vida, un nuevo corazón roto, una nueva herida que sanar. Pero todo un camino aún por recorrer, todo un destino que vivir, todo un futuro por disfrutar.

Me encuentro en ese momento, en el que pierdo las fuerzas, en el que sé que la derrota está cerca y ni el apoyo de mis dioses y guardianes podrá salvarme de las llamas que comienzan a arder y consumirme desde adentro.

Pero no tengo miedo. Si es necesario me entregaré tranquilo a los brazos de la muerte, a los reinos de Hades, con quien tengo un pacto eterno y me recibirá en su banquete sin dudar. Si es necesario arrojaré el combustible sobre mi mismo para acelerar el proceso que le permita a este fénix volverse cenizas y poder renacer una vez más.

Pero jamás perderé mi dignidad, mi auto-respeto, mi autoestima. Sé que soy muchas cosas, brujo, puto, odioso, complejo, adicto a mil placeres sin llegar a ser hedonista. Y aún así, tengo en claro que también soy capaz de dar muchas cosas buenas, mucha comprensión, mucha atención, que soy capaz de enfrentarme al mundo entero por aquellos a quienes amo, que puedo dejarlo todo por descansar tranquilo en los brazos de mi amor.

Un gran maestro, usando una máscara de ibis blanco, me sonríe y me recuerda que el camino de la sabiduría está lleno de lecciones difíciles y que aquellos que no valoran las batallas no se merecen la victoria. Estoy muy de acuerdo con él, no puedo luchar por aquellos brazos si se encuentran cerrados para mí.

Pediré a cierto señor salvaje que me enseñe a correr libre por los bosques, a sentir la brisa en mi piel, a reír, a llorar, a gritar, a cantar con pasión y dejar pasar el pasado, a disfrutar lo que tengo y soñar con mejores tiempos, que me arrulle con su risa y me recuerde que hay más en esta vida que esfuerzos en vano y corazones rotos.

Que así sea