agosto 08, 2013

Me hundo

Me hundo, puedo sentirlo. Es como si las sombras se hiciesen cada vez más grandes, cada vez más fuertes, como si la oscuridad fuese ganando más y más terreno.

Y entonces… palabras tras palabras, errores tras errores, lágrimas tras lágrimas. Cada vez más hondo y cada vez más oscuro.

Es como estar atrapado en un remolino, no sé nadar, el agua oscura, turbia, fría me arrastra de un lado al otro, y yo simplemente me rindo a su fuerza, me dejo llevar, me dejo hundir, me dejo arrastrar.

Y oigo el grito ahogado de mi alma pidiendo ayuda, pidiéndome que luche, que sonría, que me esfuerce, que haga más… pero son gritos en vano, hace rato que el agua me cubre los oídos y su ruido es mucho más fuerte.

Sólo logro ver las nubes oscuras agolpándose cuando el viento me da un respiro y el agua me deja subir un poco, como si se burlase de mí, como si me tentara a luchar un poco más antes de recordarme que no tengo fuerzas para hacerlo.

He perdido todo, he perdido la sonrisa, he perdido las ganas, he perdido el deseo, he perdido el norte, arriba y abajo parecen iguales a mis ojos y a mi mente. Me siento abandonado, solo, perdido, la oscuridad lo es todo, el frío lo es todo, el ruido de las aguas implacables lo es todo.

Y me hundo…

Y me hundo…

Y…