marzo 07, 2014

Pasta con atún

Sucede que me aburro,
Sucede que me canso de comer siempre pasta con atún,
Y hay días en los que quiero variar el menú.
Hay días en los que me provoca comer algo sacado de la calle,
Algún trozo de carne mal disfrazado de “alimenticio”
De esos que juras no repetir jamás aún sabiendo que lo harás
Porque son los más fáciles y van directo al grano,
Sacian tu apetito sin mucho adorno ni presentaciones elegantes,
Sin darle rodeos al asunto y sin mucha conversación.
Hay días en los que sólo quiero dulce, un postre blanco y frío,
Como un arroz con leche, con una pizca de canela y clavito
Como pecas en el pecho y la espalda para dar la impresión de “color”,
Sólo por darme el gusto de comer algo fresco y dulcito,
Joven, porque los postres no se pueden dejar madurar demasiado
O se estropearía su belleza y el dulce en ellos se volvería amargo, vano y superficial.
Hay días en los que la oferta de “coma todo lo que pueda” parece tentadora,
Y realmente pienso en la variedad de los platos, los tamaños, las porciones,
Todos reunidos en un solo lugar y todos dispuestos a dejarse devorar,
Que delicia, nada mejor que poder comer todo lo que uno quiera.
Aunque en esas situaciones siempre hay un plato o dos que prefiero dejar pasar.
Hay días en los que prefiero la comida casera,
Cosas hechas con calma, con paciencia,
De esas de cocción lenta, lo que, al menos a mí, me provoca aún mayor apetito,
Saber que tengo tantas ganas de ese plato y que se haga esperar,
Que me ofrezca el reto de irlo calentando con calma, poco a poco,
Hasta que se sienta listo y pida ser devorado.
Que delicia.
Pero estamos en crisis, y hay que ser realistas,
No se puede comer lo que se quiere todos los días,
Hay que ser coherente y comer lo que se tiene para comer,
Aunque a ratos uno haga el sacrificio y se lance una de esas comidas especiales.
Con permiso, claro está, que el platillo principal jamás sienta que ha sido relegado por otro.
Porque pase lo que pase, crisis o no crisis, hambre o no hambre,
Siempre estará allí, esperando, paciente, de rápida cocción,
El sabor conocido, el gusto adquirido ya sin remordimiento alguno,
Sin preocuparme por calorías, por gastos o presupuestos,
Siempre estará allí mi delicioso plato de pasta con atún.