agosto 10, 2011

FAQS #1

Si, han pasado varias semanas desde mi última entrada. La verdad, no es que no haya tenido nada que quisiera escribir, sino que he estado bastante ocupado. No caeremos en detalles curriculares por ahora, pero si, he tenido muchas cosas que poner al día, asuntos pendientes que salvar y compromisos a los que atender sin excusa.

Pero el día de hoy me decidí a escribir una nueva entrada, pensando en situaciones de la vida diaria de un chico gay, sobre todo cuando está rodeado de tanta gente heterosexual.

Verán, el primer problema de todo heterosexual cuando está frente o cerca de una persona gay, es creer que sólo por lo que ha visto en películas, en televisión o lo que ha escuchado en la iglesia o de sus padres, ya sabe todo lo que hay que saber sobre los gays.

Y es que realmente piensan que todos somos exactamente iguales los unos a los otros. Como si existiese un patrón gay universal y todos pasamos por ahí antes de nacer. Es una especie de falta de cultura general, pues lo que realmente hace gay a una persona es el objeto de su deseo afectivo y sexual. Es decir, somos gay porque, siendo hombres, nos gustan los hombres. Pero eso no resta cualquier otra calidad de hombría o de humanidad, igual debemos trabajar, comer, ducharnos, estudiar, hacer deporte y muchas cosas que todo el mundo hace.

Entonces, así como no existe un patrón heterosexual, por el que uno pudiese definirlos absolutamente a todos, tampoco existe un patrón homosexual por el cual guiarse. Simplemente somos diferentes en lo que nos mueve el piso, pero el resto lo construimos exactamente igual. Y así como hay heterosexuales muy cavernícolas y otros muy elegantes, algunos adictos al deporte y otros fanáticos de conciertos de música clásica, también hay gays en todas esas categorías y con todas esas mismas pasiones.

¿Que hay gays afeminados? También los hay muy masculinos, con barba y vestidos de traje y corbata. ¿Qué hay gays muy buenos peluqueros y decoradores? También los hay que no saben combinar su ropa y eligen su marcha de champú por el que usaron desde niños.

Lo que intento decir es que realmente no existe una forma de encasillar a las personas por algo tan general como su orientación sexual o un gusto en particular. Una sola persona puede tener tantos gustos tan variados y tan aparentemente contradictorios, y aún así no perder la pasión por ninguno de sus placeres personales.

Ya es tiempo de ir superando los estereotipos.

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