Como estamos en ese proceso de
comenzar una relación poliamorosa de tres personas (una triada), he estado
leyendo mucho al respecto en internet, buscando información sobre otras
experiencias de vida, cómo funcionan sus relaciones, cómo enfrentan los retos,
los miedos, las dudas, los celos y todos los problemas que se pueden presentar.
Y me he encontrado algunos artículos muy interesantes al respecto, por eso
quiero compartir algunas de mis conclusiones.
1. Una triada puede nacer de
muchas formas. Bien sea que tres solteros quieran estar juntos, que una pareja
incluya a un tercero, que una noche de trío sexual se convierta en algo más o
que una relación en V comience a desarrollar nuevos sentimientos al compartir
los tres juntos, por nombrar algunas. Pero sea como sea, las relaciones
interpersonales son un mundo complejo para dos personas, por lo tanto, será un
mundo más complejo para tres. Los retos, situaciones, posibilidades y opciones
aumentarán para todos los involucrados.
Incluso si es una pareja que recibe
un tercero, se debe estar consciente de los cambios que se producirán entre
ellos. Quizás la relación base tenga muchos años juntos y sientan que todo está
firme como roca, pero agregar un nuevo corazón a esa mezcla siempre producirá
nuevos resultados y es importante tomar en cuenta que todo puede cambiar, para
mejor si se hacen las cosas bien.
2. Además hay que considerar que
una triada es un sistema complejo de relaciones. Está la relación de X con Y,
la relación de X con Z, y la relación de Y con Z, más la relación de los tres
juntos.
El tiempo compartido en triada es
importante, por supuesto. Pero no se deben descuidar las relaciones
individuales. Cada relación tendrá sus características particulares, sus gustos
definidos, sus intereses compartidos, sus expresiones de afecto y de interés físico,
emocional y sicológico, que no sólo ayudarán a fortalecer los lazos, sino que
aportarán nuevas ideas, experiencias y posibilidades a la triada. Eso si, la
comunicación es crucial, cada uno debe ser capaz de decidir lo que quiere hacer
sin sentirse obligado y a la vez saber que será bienvenido en todo.
Esto nos lleva a uno de esos
errores comunes de comunicación en las relaciones múltiples, y tiene que ver con
el proceso informativo. No es bueno, chicos y chicas que me leen, creer que si
le cuento algo a X, él irá automáticamente y se lo contará a Y, entonces yo no
tengo que repetir la historia o no tengo que gastar más saldo. Eso está mal. A
veces la información no se comparte porque uno cree que el otro ya lo sabe, o
simplemente se olvida el mensaje o se distraen en alguna otra cosa. Es mejor
caer en la repetición y el gasto que generar conflictos y que alguno de los
tres sienta que no le quieren contar las cosas o que siempre lo dejan de último
para enterarse de todo.
3. Con todo esto en mente, es
esencial no perderse uno mismo en el proceso. Habrá situaciones muy lindas,
mucho compartir, mucho aprender y explorar, pero no hay que diluirse en todo
eso y perder la personalidad y lo individual. De vez en cuando se necesitará
algo de tiempo para uno solo, para meditar, para analizar cosas, para vivir su
vida también, para cumplir sus metas, para trabajar en lo personal. Después de
todo, esos dos galanes se enamoraron de ti, justamente, por ser quien eres. Así
que sigue viviendo, disfruta tus hobbies, tu familia, tus amigos, las cosas que
te apasionan, sólo que ahora tienes más razones para pasar el día sonriendo.
4. Es común en muchas triadas,
sobre todo en la pareja base que “recibe” un tercero, que ya existan historias
previas o experiencias anteriores a la actual, y esto es un asunto que debe
tomarse con cuidado para no hacer sentir al tercero como un recién llegado y caído
de la mata y desubicado y fuera de onda y todo lo demás, sino, al contrario,
proveerle las oportunidades para ponerse al día, brindarle la información y
compartir con él las anécdotas, los miedos, las experiencias y resultados de
las situaciones para que sienta ese deseo de incluirlo. Y puede ser un
excelente punto de partida para comenzar a generar planes juntos y conocer las
experiencias e ideas que el tercero puede aportar también.
5. Es una relación entre adultos
conscientes y en pleno uso de sus facultades, el sexo traerá muchos placeres,
pero también su propio sistema de retos. La mejor solución aquí es hablar al
respecto; quizás uno en la triada te produce una morbo insuperable y deseas
arrancarle la ropa salvajemente, mientras que el otro te inspira más ternura y
noches de pasión bajo las velas; quizás uno saca tu lado activo y dominante,
mientras que el otro te da ganas de acostarte y dejarte voltear como una media.
Si los mezclamos todos puede ser genial e intenso, pero también confuso y
conflictivo. Es entonces necesario dejar las cosas en claro para comprender los
SI y los NO de cada uno, pero a la vez mantener una actitud positiva que te
permita entender que la química en cada relación individual puede ser
diferente, y eso no significa que uno sea más o menos importante que el otro.
Mantener la mente abierta para probar es importante, pero también lo es el
respetar el espacio individual y entender que los gustos pueden ser diferentes,
y esto está bien después de todo.
6. Hablar es crucial en toda
relación, comunicarse en general. Pero no comunicarse sólo de mandarse besitos
y decirse que lindos son. Comunicarse debe emplearse en todo el espectro de la
palabra. Desde comentarios y cariños, piropos y mensajes afectivos hasta el
poder desahogar sin miedo las dudas, problemas, celos y conflictos internos o
externos. Si no puedes hablar con tu pareja sobre tus problemas, entonces algo
anda mal.
A menudo, el hablar sobre los
problemas puede parecernos tonto, pero una vez que lo hacemos quizá nos damos
cuenta que nuestros problemas no son tan grandes como parecían en principio. Y en
una triada todos pueden darse apoyo y afecto para superar cualquier situación
negativa y para reafirmar su amor siempre que sea necesario.
Pero todo esto de comunicarse va
más allá, hasta las fronteras más insospechadas. Muchas veces nos tragamos las
cosas que más rápido deberíamos decir. Si tenemos celos, si algo nos molesta,
si nos incomoda una situación, si nos sentimos desplazados, si nos sentimos
usados, si queremos que colaboren en la casa, si queremos que participen en
alguna actividad, si tenemos miedo de esa nueva experiencia, hay que decirlo.
Por lo general esas cosas difíciles o dolorosas son las que más se deben
ventilar si queremos que la relación sea un espacio estable, seguro y amoroso.
La triada ofrece la ventaja de
los puntos de vista. Quizás el tercero pueda ayudar a aclarar una situación que
la relación base no ha podido resolver aún, y nada mejor que dos seres que te
aman para darte el empujón final para superar esos malos hábitos o costumbres
negativas.
Bueno, esos son los consejos que
he aprendido leyendo por internet. Espero me sirva a mi y a mis chicos para
llevar a salvo este proceso poliamoroso y a todos ustedes para aclararles
algunas dudas.