Cuando hablamos de poliamor, lo
primero en la mente de todos es el sexo. Y si, el sexo es parte importante de
las relaciones de pareja. Pero hoy le doy vueltas a otra idea, una más profunda
y compleja, la integración. Y para esto debo agradecer la ayuda de cierto Señor
Tigre adorado por ahí.
Bueno, la cosa va así:
Cuando la persona 1 conoce a la
persona 2 y comienzan a salir, a darse afecto, a formar lazos emocionales
fuertes, entonces da inicio un proceso largo y complejo, en el que ambas
realidades, ambos universos, en fin, ambas vidas, comienzan a enfrentarse, cada
uno vela de alguna forma por sus intereses, y existe una infinidad de juegos,
métodos y estrategias empleadas para incluir a esa persona en la vida del otro
y llegar a sentir que realmente se conocen, que funciona la relación y que
podrán sostenerla, de ser posible, por el resto de sus vidas. No es un proceso
fácil, entre discusiones, risas, lágrimas, triunfos y algunas decepciones nos
vamos formando una idea de qué es lo que realmente queremos, si deseamos estar
o no con esa persona por un largo tiempo, qué es lo que realmente buscamos o
necesitamos en nuestras vidas. Todos hemos pasado por eso.
Ahora viene la parte más
complicada (si, siempre se puede volver más complicado): ¿Qué sucede entonces cuando
esas dos personas, en medio de ese proceso de fusión de vidas, deciden incluir
un tercero?
Bueno, aquí volvemos de nuevo a
esa idea del enfrentamiento entre dos mundos, o al menos así parece, la pareja
es un mundo y el tercero es otro mundo. Pero eso es un grave error, pues aún
cuando la pareja ya debería tener adelantada una parte de la fusión, no existe un indicador de que tan exitoso
haya sido el proceso. Y entonces, el nuevo llega efectivamente para encontrarse
con dos realidades, dos formas de amar, dos estilos, dos corrientes de pensamiento,
dos necesidades distintas.
La pareja debe continuar su
proceso de fusión y a la vez iniciar un nuevo proceso de fusión con el chico
nuevo. Bueno, sonaba más complicado en mi cabeza. Pero a esto debemos añadir
las complicaciones de los 4 errores comunes en el poliamor:
1. Autoritarismo: Que uno de los
3 miembros de la relación quiera decidir siempre por los demás. El momento y
lugar para todo. Que se sienta el jefe supremo e indiscutible. Cosa que nunca
estará bien, todos en la relación deben sentir la responsabilidad suficiente para
sentirse ligados a los otros, pero a la vez deben gozar de la libertad
suficiente para poder tomar sus propias decisiones y elegir sus propios
caminos, es decir, no perder su personalidad, sus metas y sus gustos
individuales.
2. Desbalance: Que algún miembro
de la relación le dé más afecto a uno que al otro. Esto siempre generará celos
y conflictos internos. Es un asunto complejo, pero uno que se debe trabajar con
mucha comunicación y compartir, para que todos se sientan igual de deseados,
necesitados e importantes para la relación.
3. Competencia: Que dos miembros
de la relación comiencen a luchar por la atención del tercero, a querer ser más
dramáticos, más graciosos, más amables, más cariñosos de lo normal sólo para
ganar su afecto primero o sentirse por encima del otro. Esto puede ir ligado a
una idea de desbalance también.
4. Generalización: Creer que las
otras dos personas de la relación piensan igual, sienten igual, quieren todo
igual, hacen todo igual, funcionan igual y tienen los mismos gustos. GRAVE
ERROR. Es una relación múltiple e igual será todo lo que se relacione con ello.
Así que hay que estar bien pendiente con
gustos, detalles y regalos, demostraciones de afecto y formas de resolución de
conflictos también.
Son 4 errores en los que todos
caemos alguna vez en nuestras relaciones poliamorosas, pero que debemos ir
superando para que todos podamos realmente ser felices si decidimos tener una
relación de tres o más miembros. Es crucial mantener presente eso del proceso
de fusión o integración poliamorosa. Primero la pareja base debe mantener
activo su proceso de integración, luego ambos miembros iniciar un nuevo proceso
de integración con el nuevo, tanto juntos como por separado, aprender a
relacionarse de uno a uno y aprender a relacionarse como un grupo.
Simplemente pensaba en ello.
Éxito para todos en sus relaciones poliamorosas. Cambio y fuera.
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