Entre balcones, habitaciones de hoteles y tejados,
Entre sabanas, almohadas y cojines,
Entre playas, olas y delfines.
Uno va dejando pedacitos de su corazón en otros pechos,
Y enredándose la vida con segundos de despecho,
Con lágrimas que mueren a los segundos,
Para rendir honor a los amores más fecundos.
Uno sufre, ríe y ama con intensidad,
Porque sabe que no habrá otra oportunidad
De probar semejantes labios y pieles,
De sentir esos olores y placeres.
Uno va sembrando recuerdos profundos
En corazones ajenos de otros mundos,
Y va guardando como el más preciado tesoro
Pequeñas pasiones brillantes como el oro.
Esto va para mis amores regados
Y para aquellos que aun no han llegado;
Para mi corazón en Chile al sur del continente
Y para los de México que siguen en mi mente;
Para la calurosa Barinas, ahí tan cercana
Y la pasión en Perú que se ve tan lejana;
Estados Unidos, España y Argentina
Y hasta Caracas, ciudad divina.
Para todos los amores que he dejado ir,
Todas esas pasiones que pude vivir,
Todos esos besos dados sin temor,
Sin daño, ni herida, sin ningún rencor.
Esto va para esos flechazos temporales de Cupido
Y para que me recuerden, sólo eso les pido.
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