Esta semana me lo han preguntado varias veces, y siempre respondo lo mismo: “Yo no tengo un tipo. No creo en los tipos.” Porque siempre hay excepciones a los tipos.
Yo prefiero pensar que hay ciertas características que me llaman la atención y que podría encontrarlas en cualquier tipo de persona.
Y si tuviera que indicar la más fuerte de esas características físicas diría, sin pensarlo mucho: “LA SONRISA”.
Sin lugar a dudas es la sonrisa lo primero que busco en una persona. Y no hablo de perfección dental, ni brillo cegador. Simplemente me llama la atención una persona que sonría bastante… y que sonría bonito.
Además que siento que eso es reflejo de una personalidad agradable, feliz, sociable, positiva (todas cualidades importantísimas para mi).
Y claro, a mis ojos, una persona que disfrute el sonreír naturalmente y con frecuencia es señal de sana autoestima y seguridad personal.
También existen esas personas que saben sonreír con la mirada, y tienen la capacidad de amoldar su sonrisa para indicar felicidad, juego, picardía, amabilidad, amor (y sabrán ellos cuantas más emociones o estados de ánimo podrán indicar solo con sonreír).
Entonces, creo que de ahora en adelante, si me preguntan cual es mi tipo, responderé: “Una bonita sonrisa, y todo lo que ella trae consigo, ese es mi tipo”.