Echarme los perros a mí no es nada fácil. Y no porque busque un multimillonario que me de regalos caros, o un supermodelo de esos buenísimos de la Calvin Klein, o un ganador de discos de platino con una voz como para derretirse. Nada que ver. Es precisamente porque me gusta lo contrario lo que lo hace difícil.
Primero es importante aclarar que para mí el físico si es importante, sé muy bien que cosas me gustan y que cosas no. Pero la lista de esas cosas que me gustan es bastante extensa, y para mí, son cosas bien potentes, por lo que pocos puntos positivos bien distribuidos derrotan sin problema a varios puntos negativos.
Luego vienen las ironías, las aparentes contradicciones que convierten el salir conmigo en un proceso laberintico. Por un lado, soy como los gatos, me gusta tener mi grado de independencia, de libertad, de soltura; poder salir cuando quiero y hacer las cosas que me gusta hacer sin problemas, como pasar tiempo con mis amigos. Pero no soy egoísta, me gusta compartir todo eso, en la medida de lo posible, con mi pareja también.
Y para no dar muchas pistas, y no hacer esto exageradamente largo, está otra cosa realmente crucial, y es el grado de creatividad y habilidad para inventarse ocasiones para estar juntos, confeccionar detalles y regalos o armar sorpresas y organizar o coordinar situaciones. Eso sonó complicado ¿no?
Bueno, para aclarar un poco, no soy fan de los regalos de marca, cosas costosas que da miedo sacar de la casa precisamente porque valen más que la casa entera, aunque igual no los rechazo cuando me los dan. Pero me gustan más las cosas sencillas, hechas a mano, tal vez por eso siempre me han atraído los dibujantes, escritores, poetas y artesanos.

En fin, me gusta la gente proactiva, aunque esa palabra es medio confusa a veces. Digamos que me fijo mucho en la gente que tiene metas, que quiere hacer algo con su vida, que se esfuerza por aprender, construir, desarrollar, perfeccionar. Y me estreso horriblemente cuando siento que lo que me ha tocado es un agujero negro donde toda información entra, pero para ser consumida y anulada, porque no se produce nada positivo.
Definitivamente, echarme los perros a mí no es nada fácil. ¿Y el sexo? Eso es tema de otro día.
2 comentarios:
"¿Y el sexo? Eso es tema de otro día." ... Jajajajajajajaa..! Un abrazote Joe! ;)
Muy buena tu publicación, me siento algo identificado con ella jejeje. Saludos. - gme77 -
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